Te damos cinco claves para reducir al mínimo el riesgo de sufrir el robo de tu bicicleta.
El robo de una bicicleta es uno de los momentos más duros que puede sufrir un ciclista. Una auténtica pesadilla. Y aunque nunca es evitable al 100%, siempre se puede reducir el riesgo a la mínima expresión.
¿Cómo? En Biciclaje te ofrecemos cinco sencillos consejos.
1. Hazte con un buen candado. Es, a buen seguro, el mejor consejo que podemos darte. No hay nada como ponérselo lo más difícil posible al ladrón para que, en caso de que tenga intención de robar una bici, se decante por otra más fácil antes que por la tuya. Los candados modulares o los de tipo U son tus mejores aliados. En Biciclaje podrás encontrar una selección de los mejores y más seguros del mercado a un precio único.
2. Registra tu bici. Ciclista prevenido vale por dos. Puedes registrar tu bici en webs como Biciregistro. O, por lo menos, tener toda la documentación posible acerca de ella: factura de compra, imágenes de la misma, número de bastidor (suele estar bajo el eje del pedalier), color, especificaciones… Toda la información que puedas recabar te será enormemente útil en caso de que, en un futuro, tengas que denunciar un robo. Esperemos que no sea así.
3. Asegúrala a un punto fijo. Opta siempre por el mobiliario urbano o por un buen aparcabicis. No hace falta que te digamos que candar tu bici a un árbol no es una buena idea. Del mismo modo, coloca el candado (o los candados) a la mayor altura posible: recuerda que un candado a ras de suelo siempre es más fácil de romper que uno situado a media altura.
4. ¡Ojo a los componentes! Utiliza siempre que sea posible cierres de seguridad, tanto para las ruedas como para otros elementos de tu bicicleta como el sillín. Del mismo modo, evita dejar a mano accesorios como bidones, luces, timbres o alforjas.
5. Usa el sentido común. Una regla que, en realidad, es aplicable a todo lo demás. Nunca dejes tu bici en un callejón oscuro: mejor en una calle transitada y bien iluminada. En caso de que duerma en un garaje o en un cuarto de bicis bajo llave, no te relajes: el candado es igualmente necesario. Y si tienes que entrar un momento a comprar el pan y decides dejarla sin candar… ¡No la pierdas de vista!