Este 19 de abril se celebra en todo el mundo el Día de la Bicicleta. ¿Conoces su peculiar origen?
Existe cierta confusión sobre la fecha en que se celebra en todo el planeta el Día Mundial de la Bicicleta. Según las Naciones Unidas, se trata del 3 de junio, tal y como se estableció en la Asamblea General el pasado 2018. Sin embargo, desde siempre se ha conmemorado la gran fiesta de la bici el 19 de abril. Por ello, hoy por hoy los amantes de la bicicleta tenemos motivos para celebrarlo en ambas fechas, una de manera oficial y otra oficiosa.
Lo que mucha gente desconoce es el motivo que hay detrás de la elección de esta segunda fecha. Y no es para menos: la historia es tan rocambolesca que bien merece ser contada.
Viajemos a 1943. Europa se encuentra inmersa en la segunda guerra mundial. Pero en la neutral Suiza, el químico Albert Hoffman trabaja sin descanso. Entre manos tiene su descubrimiento más reciente y por el que, a la postre, acabaría pasando a la historia: la dietilamida de ácido lisérgico, más conocida por sus siglas: LSD, que había logrado sintetizar cinco años antes, en 1938.
El 16 de abril, Hoffmann había entrado en contacto por vía cutánea y de manera accidental con una pequeña dosis de aquella sustancia, lo que le había llevado a descubrir sus poderosos efectos. Pero ahora había llegado el momento de hacerlo a lo grande, para así poder determinar las consecuencias de la droga que acababa de sintetizar.
Frente a los 20 microgramos que están hoy fijados como dosis efectiva, Hoffman ingirió 0,25 miligramos de la sustancia, lo que equivale a 250 microgramos. Es decir, 10 veces más de lo recomendado.
¿Y qué tiene que ver el LSD con la bicicleta? Sencillo: debido a las restricciones impuestas por la guerra, que prohibían el uso de vehículos motorizados, Hoffmann se vio obligado a volver a casa en bicicleta. Lo hizo, eso sí, acompañado por su asistente en previsión de que el trayecto se convirtiera repentinamente en un mal viaje por las calles de la ciudad de Basilea.
Así fue. A mitad de camino, Hoffman empezó a experimentar los efectos de la salvaje dosis de LSD que había tomado. Las personas que se cruzaron en el camino se convirtieron en terribles amenazas. El mundo se volvió extraño y aterrador, hasta el punto de que creyó haberse vuelto completamente loco. Y si embargo, cuando llegó a su casa y consiguió relajarse, empezó a disfrutar de la experiencia. Tiempo después relataría lo ocurrido con todo lujo de detalles:
“Poco a poco comencé a disfrutar de una sucesión de colores y formas sin precedentes, aun con mis ojos cerrados. Fantásticas imágenes caleidoscópicas surgían en mí, alternantes, variadas, se abrían y cerraban en círculos y espirales, y explotaban como fuentes de color, se reordenaban y mezclaban en un flujo constante”, contó Hoffman.

El resto es historia. El LSD pasaría a ser utilizado con fines clínicos y como droga recreativa por la generación hippy, lo que inspiró canciones inolvidables como ‘Lucy in the Sky with Diamonds’, de los Beatles, pero también por poderosos ejércitos como el de Estados Unidos en experimentos secretos. En 1971 el Convenio de Viena clasificó el LSD como un psicotrópico, junto a otras drogas como la fenciclidina, el MDMA, la anfetamina o la metanfetamina.
Ajenos a todo ello, los ciclistas de todo el mundo comenzaron a celebrar cada 19 de abril un homenaje a aquel lisérgico paseo de Albert Hoffmann. En cierto modo, no hay duda de que cada salida en bicicleta es una experiencia sensorial y espiritual.
Desde Biciclaje deseamos un feliz Día de la Bicicleta a todos los ciclistas del mundo.